Qué años cuando corría por la era
ttropezando con las piedras desencajadas
tuve una cometa y las márgenes
volvía del río con el saco viejo lleno de pequeños barbos
y las márgenes estaban fangosas porque las aguas habían decrecido
también estaba solo aunque no me molestaba
nada entonces me molestaba y
preferí buscar renacuajos inventándome amigos
eran los mejores y podía hablarles
luego no sé exactamente cuándo tuve una bicicleta
una bicicleta corriente y en parte con ella
perdí las ganas de hacer las cosas por mí mismo
comenzando a saber lo que era el desengaño
conocí también nuevas medidas
del tiempo y las distancias desde nuestra casa que ahora
podía ver hundida en lo que siempre había sido
la peqeña montaña.
(de Francisco ferrer Lerín, en Ciudad propia. Poesía autorizada, Artemisa ediciones)
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