fumata...

Yo ya no echo humo,

y mira que lo echaba desde el setenta y tantos,

aunque no se me olvida ni un solo día...

Ni me preocupa que lo eche

la chimenea del Vaticano,

aunque es la cuarta vez 

que soy consciente de ella

y solo me gustó la primera,

la que duró un mes apenas...

De ayer solo salvo la contemplación

entregada

del muro frontal de la Sixtina,

tan azul y tan grande,

sin el polvo de siglos que le fueron poniendo encima

 un "servus servorum" tras otro

oscureciéndolo tanto...

Me da igual la cabeza,

sólo creo en el corazón de la peña,

y en que él nos sacará de ésta,

tan oscura y tan gris como la blanca,

tan de piedra,

y un poco en los libros,

y en la gente que piensa

en y con las/os otras/os...

(este santo "desmemoriado" y sin mano de mandar estaba,
si no me equivoco, que es muy frecuente,
en alguna fachada de Valladolid)