Viajar por Sicilia en coche es un aventura que merece un relato propio. "Fi fursa ujra", que dicen los árabes, "in sha allah".
La radio siciliana es justita, sobre todo si la mayoría de los viajeros son "clásicos" musical y fundamental mentes. Los primeros días buscamos cd's en gasolineras, pero ni tienen tiendas en las estaciones de servicio ni entraron los grandes almacenes en nuestros recorridos.
Junto a lo poquito que queda del anfiteatro romano de Catania (ver en Google Maps), por las indicaciones del señor del hotel que ocupamos, encontramos una tienda de música de las que ya no quedan, de nombre de resonancias queridas, Riva Compact Disc, musicassette e Dischi, que no tiene ni web, de tan de toda la vida que es (todavía), y que estaba atendida por un padre y un hijo que hablaban también en italiano y lo supieron hacer despacio para ser entendidos por nosotros...
Quien buscaba clásica buscó también novedades y las aventuras operísticas de Battiato. Sólo bajo pedido las podríamos obtener, y en Catania sólo hicimos una noche, de modo que recomendó el "disquero" una cantante, Rita Bottu que había versionado magníficamente algo de Franco: Stranizza d'amuri.
Un disco grande.
Cayó, así mismo, en nuestras garras, para delicia y martirio, alternativamente, una recopilación en tres discos de la música más sesentera e italiana posible.
Fue mi amiga mientras vivió una niña que estuvo casada nueve años con un italiano en Umbria, la zona de Perugia, por donde el lago Trasimeno, al norte en Italia. Yo la conocí ya separada y vuelta a Valencia. Fue profesora de italiano y lo poco que sé de comida italiana lo probé de su mano enseñada por su suegra y las semillas que se trajo. La magia de su pasta correspondía a su nombre, Milagros. Comida de "mamma". Ella trajo, de cada uno de sus viajes, la costumbre de pedir en tiendas de música algo propio del terreno, algo nuevo y algo raro. Un poco en su memoria y homenaje, y otro poco como gusto hecho mío por su culpa, ante una pequeña tienda cuadrada de estantes pequeñitos y altos hasta el alto techo, repetí el conjuro:
- Me gusta Mau Mau, recomiéndame algo de Sicilia, prego!
De lo que me mostró a mí me traje tres discos (ninguno siciliano, tuve el mismo problema cuando pedí poesía siciliana, a contar en otro sitio/momento):
- L'ISOLA DI LEGNO (aquí hay minuto y medio de cada canción del disco), de L'Orquestra di Piazza Vittorio (muy recomendables, ciertamente, las versiones que han hecho de La flauta mágica y Carmen, con su peculiar estilo de mestizaje árabe-cubano-portugués-italiano-inglés...)
- NAPOLETANA, de Enzo Avitabile (su web hoy no funciona bien)
-ANTOLOGIA, de Nuova Compagnia di Canto Popolare
Ya los tengo enlatados para oírlos en el bus yendo al curro, que mañana vuelvo...
Un bon recorregut musical per la Itàlia meridional, que a estones m'ha fet pensar en les cançons del camp malloquines.
ResponderEliminarI també -com no!-, una excel·lent crònica de viatge a l'estil road-movie.
Moltes gràcies per la postal des d'Agrigento, una terra que tant va fascinar l'artista Nicolas de Staël.
és fascinant Agrigento, és cert,
Eliminari tutta la Sicilia, e vero!
per tornare amb freqüència...