En la cabeza cargan una tierra con nombre de cielo las palabras.
Los muertos no sueñan a menudo, aunque sueñen
nadie cree sus sueños...
Ya me revolotean las palabras en el cuerpo, abeja
a abeja... Si hubiera escrito azul en lo azul,
las canciones habrían verdecido y me habría vuelto la vida.
Con las palabras he atajado
hacia el nombre... Los poetas no se alegran a menudo, aunque
se alegraran...
nadie les creería...
He dicho: Aún vivo porque veo que las palabras
me revolotean en la cabeza /
En la cabeza una canción oscila entre la presencia
y la ausencia, y sólo abre la puerta
para cerrar la puerta... Una canción sobre
la viuda de la niebla, pero que no obedece ¡sino a las
palabras que he olvidado!
de "Como la flor del almendro" de Mahmud Darwix,
traducción de Luz Gómez García, Pre-Textos, 2009
(página 43)
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