TRISTEZA
A minha tristeza
não é a do lavrador sem terra.
A minha tristeza
é a do astrónomo cego.
Mia Couto, Tradutor de chuvas. Caminho, 2011. Página 39
Hay una amiga que dice que sabe por qué estoy triste,
que me había ilusionado y se me ha roto mi juguete,
que poner la esperanza en el mundo siempre defrauda...
Olvida ella que mi esperanza
no está en personas sino en el cambio,
en que por fin venga el respeto,
en que a los pobres les llegue su hora,
en que se acabe el cinismo de los fuertes,
en que venga el Reino, que dice ella,
y el león coma junto a la oveja
y las víboras no se coman las ranas de mi charco...
Sí es cierto que pensé que iba a amanecer para los últimos,
que puse mi ilusión en unos votos
(aunque no fue en los parecidos al mío sino en los de todos),
que pensé que todos juntos íbamos a empezar el camino
para avanzar construyendo desde el diálogo,
para desanudar las gargantas de los ahogados,
para consolar a los afligidos...
Estoy triste porque parece que pobres vamos a tener siempre,
porque saca tajada quien estupra, prevarica y roba,
porque el sol sigue luciendo sobre cualquiera
aunque le dé mucha vergüenza,
porque el hambre sigue siendo el Reino para los pobres
y el cinismo sigue siendo el idioma de los fuertes.
Per què sempre s'acaba trencant el canti?
ResponderEliminarTres hurras por las lecheras y nuestros cuentos, Magda, aunque se rompan...
ResponderEliminarlo importante es seguir soñando