Cuando subo a
la terraza me saludan siempre dos pegatinas (gomets) junto a las dos cerraduras de
la puerta 23 de mi escalera. Una es roja. La otra amarilla. Son dos discos
adhesivos del tamaño de cinco céntimos que hablan de memoria. Eso que se pierde
tanto.
Vosté viu aci?
y una sonrisa era las armas del hombrecillo breve cada vez que me lo encontré
en la escalera. Primero, del brazo de la mujer breve, su compañera y madre de
sus tres hijos. Más tarde, del brazo de la auxiliar que vino a vivir con ellos
para empujar la silla que primero usó la mujer breve y después usó el
hombrecillo breve.
Los hijos
pusieron los gomets. Dos llaves para entrar en casa, supongo que identificadas
con los mismos colores. Deducciones mías, no lleven a misa mis palabras.
Vosté viu aci?
me preguntó durante siete años, con su sonrisa, con un respeto antiguo y educado,
siempre de usted, siempre en valencià, siempre contento de conocer al vecino
nuevo, durante siete años.
Los hijos me
fueron contando el proceso. Demencia senil y achaques varios del hombrecillo
breve. Corazón débil de la mujer breve. Un día ayudé a la hija a llevar a su
madre a una ambulancia que la esperaba en la puerta. Ya no volví a verla. El
funeral fue en Oliva, cerca del mar.
Vosté viu aci?
me siguió preguntando, con ojos traviesos, del brazo de su auxiliar, igual de
breve, al volver de la calle o del jardín que tenemos. Con pasos muy cortos y
piernas inestables, paseó el barrio y nuestro césped unos cuantos meses.
Los hijos
vinieron casi todos los días. Pasaban las noches con su padre breve por turnos,
unas noches en su piso del quinto y otras en el hospital. La memoria breve del
hombrecillo breve siguió menguando y se disolvió en la memoria de la escalera.
El funeral fue en Oliva, cerca del mar.
Cuando subo a
la terraza, dos pegatinas, una roja y otra amarilla, me saludan como dos
recuerdos: dos abuelillos tiernos, entrañables y educados, que ya saben que
vivo aquí y que tiendo la ropa en su terraza.
Commovedor, tendre i tan ben escrit...que m'ha emocionat.
ResponderEliminarA mi també, molt molt bonic! Quina sort de tenir-te de veí
ResponderEliminargràcies, veïnes!
ResponderEliminarTendre, emotiu, com diuen les dues amigues: un encant d'escriptura.
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