Puedes quitarte las gafas y sumergirte en el libro* de Nápoles que le costó las amistades y casi el destierro a su autora.
Puedes ponértelas y dedicarle el viaje a fagocitar esa cara perfecta, electrizante, soñadora, morena de pelo rizadito, de ojos como prisiones y como exploradores.
O dejar de decidir, porque se ha bajado.
Han sido dos paradas de libertad de elección, de concupiscencia, de amor por la belleza, de adulterio febril e imaginario, de libertinaje.
Puedes leer. Todavía.
* El mar no baña Nápoles.- Anna Maria Ortese. Editorial minúscula, 2008
Sort de la llibertat i de la imaginació i del llibertinatge, dels llibres, de l'adulteri, de la bellesa, de les cares perfectes...i de les ulleres...
ResponderEliminarSi sabés, qui sigui, que li has escrit això, no necessitaria pujar a l'autobús, aniria volant!!!
preciós cavaliere!!
molt adient allò del volar, la meua Rita duu el destí de l'EMT per molt mal camí...
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