miércoles, 2 de julio de 2014

Nacho existe...


Hoy ha vuelto al autobús (*). Temprano, mucho, cogido de la mano de la chica que le lleva al colegio. En su otra mano, un folio con un dibujo. Es él, ¡seguro!
Va flojo, recién levantado, la huella del peine en su pelo todavía. Le saludan, efusivas y entregadas, las madres vecinas de la suya, también ellas de la mano de sus retoños rubios y disfrazados: es fiesta de fin de curso, creo.
Va despacio, erguido. El calor de la mano en que confía le guía por la acera hacia el cole.
Se dirige al futuro con su ofrenda de arte y con el regalo de su tiempo, todo nuevo, todo largo, todo suyo.
Recién levantado parece más pequeño, más bueno.
No le digo nada, ni él me ha visto. Pero todo recupera el encaje de las piezas de un reloj entrañable que a los dos nos va haciendo mayores.


(*) El Universo 89/90 es un universo circular, con vehículos en el sentido de las agujas de los relojes cuando van bien y cuando lo hacen al revés; con un recorrido de grandes vías que no se llaman así sino avenidas, que puede tardar más de una hora en completar la vuelta. Por las mañanas, sentido inverso. De regreso, socializados a tope en los colegios, como un reloj.

3 comentarios:

  1. me n'alegro que hagis tornat a trobar al Nacho!!!
    un escrit preciós! un recorregut preciós!

    unes mans precioses!!!

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  2. Recordo perfectament el primer escrit sobre el Nacho, que em va agradar tantíssim. Amb aquest t'has superat!

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