viernes, 11 de diciembre de 2009

Una postal de nieve

Cuando me tienda en la vejez
como en un mal cerrado sepulcro
maldeciré tu loco nombre

sólo porque esta noche
enajenado y absorto en tu cuerpo
he deseado que fueras eternaa

y no sabía si pegarte o llorar

(de La rubáiyátas de Horacio Martín, de Félix Grande)

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